20121010

Qué bonito habría sido que nos hubiesen contado esto en la escuela.

Qué bonito habría sido que nos hubiesen contado esto en la escuela.


Como buen usuario del software libre conservo la costumbre y la tendencia de corresponder a la comunidad cuando ésta me ha aportado algo previamente. En honor a la verdad, en este foro he aprendido la tira de cosas, unas leyendo a los demás, otras reflexionando y ampliando información sobre lo leído. En este post expongo algunas de esas cosas aprendidas, o mejor dicho, estructuradas y consolidadas tras recopilar información y pensar sobre ella.

Para muchos no contaré nada nuevo, y para otros no lo contaré como ellos hubieran querido, pero en cualquier caso supongo que muchos estaremos de acuerdo en que esto debería contarse en la escuela. He evitado deliberadamente parte de la terminología contable y económica que pueda suscitar el rechazo o el aburrimiento de los que detestan la contabilidad y/o la economía (capital, circulante, etc.), recurriendo más a terminología más “de la calle”.

Aún así este post no deja de encerrar conceptos económicos simples pero profundos, que me consta escapan al entendimiento de mucha gente. Como supongo que saldrán, ya los debatiremos.

En algún momento en el futuro incorporaré esto a un blog, en el que añadir aquello que podáis aportar de interés.

En España la mayor parte de la población no conoce / no entiende la función empresarial, a pesar de convivir con ella a diario. No es de extrañar, ya que tal cosa no se enseña en la escuela (o peor aún, se enseña mal y con sesgadas intenciones), por no hablar del papel de los medios de intoxicación, digo de comunicación, al respecto.

Sin la función empresarial nuestra vida, nuestra sociedad e incluso nuestra civilización, serían muy diferentes de cómo son, y no para mejor precisamente. Como una imagen vale más que mil palabras, he aquí un gráfico que explica en qué consiste la función empresarial (en lo sucesivo FE).


A grandes rasgos puede decirse que la FE parte de unos tipos de riqueza para producir otros y ponerlos al alcance del mercado tal que éste los compre. Es importante esto último de ponerlos al alcance del mercado y que éste los compre; de nada sirve producir cosas que nadie compra; supone una destrucción neta de riqueza (que le pregunten a los promotores con pisos que se están desmoronando y nadie compra).

Es importante entender que La FE no es la empresa, ni el empresario; la FE es una actividad humana de creación y transformación. La FE es ejercida tanto por un programador free-lance trabajando en su casa, como por una dictadura socialista intentando producir todo lo que necesita la sociedad, pasando por cualesquiera otras organizaciones de los más variados tamaños y actividades.

Obsérvese el flujo del dinero; hay un flujo saliente hacia las fuentes de riqueza que utiliza la FE, y otro entrante procedente del mercado por compra de los bienes y servicios producidos por la FE. La FE tiene como objetivo que el flujo de dinero entrante sea superior al saliente, en cuyo caso se dice que hay beneficios:


También puede ocurrir lo contrario; es decir que el flujo entrante sea menor que el saliente, en cuyo caso tendremos que pérdidas:


El FIN de la FE es conseguir beneficios, y nada más que ese; todo lo demás son medios subordinados a ese fin; absolutamente todo, incluido el empleo de los trabajadores.

En la actividad de la FE intervienen más factores de los mostrados; uno de ellos es la competencia de otras FEs, que intentarán hacerse con todos los recursos de la FE, siendo los buenos empleados y los buenos clientes dos de los más codiciados y objetivo directo de la acción de la competencia. Parte de la actividad de la FE es también evitar que la competencia le quite recursos difíciles de sustituir.


Otro elemento externo que afecta la actividad de la FE es la intervención del Estado, que en el caso de España está extralimitada y perjudica más que beneficia esta FE.


Si lo pensamos un poco veremos que cuando la FE obtiene beneficios es que ha tenido lugar creación de riqueza en la sociedad (y no, no se la queda sólo el empresario, te la quedas tú cuando compras un iPhone, por ejemplo); cuando hay pérdidas ha tenido lugar destrucción de riqueza. Para entender esto mejor recordemos que el valor, la riqueza, es algo subjetivo; cuando la gente paga por algo es que para ella tiene valor, es riqueza; cuando no paga es porque no lo tiene, no es riqueza.

Veamos algunas características de la FE:


La FE es una actividad intelectual humana. La FE requiere una recopilación continua de información y la toma de las decisiones que correspondan, en un contexto expuesto a cambio permanente. Esto no es una actividad muscular, ni mecánica, ni repetitiva, algo que pueda encomendarse a una máquina, ni siquiera a un sistema informático, o algo que tenga un horario fijo.

La FE es, en muy gran medida, una actividad de relaciones sociales. La FE implica gestionar incontables relaciones humanas; con empleados, proveedores, clientes, etc. Implica persuasión, empatía, intuición, tacto, sensibilidad, motivación, mediación, etc. Probablemente el aspecto más crítico de las relaciones sociales que ha de gestionar la FE sea el comercial.

La FE es proactiva, no pasiva ni reactiva
. La FE ha de adelantarse a los acontecimientos que puedan afectar a su actividad, ha de prever y planificar; no puede limitarse a esperar que sea lo que Dios quiera para luego simplemente limitarse a reaccionar. La FE ha de tener plan “B” para toda posible adversidad que pueda imaginar, y si puede evitar las adversidades, mucho mejor.

La FE es creativa, imaginativa, innovadora, emprendedora … La FE no sólo ha de adelantarse a los acontecimientos que previsiblemente puedan afectar a la empresa; además ha de tomar decisiones creativas, imaginativas e innovadoras, ha de idear nuevos productos y servicios, nuevas formas de aproximación al mercado, nuevas formas de producir, de gestionar recursos, etc.

La FE requiere una masa crítica mínima de formación, experiencia, inteligencia, entusiasmo, determinación y sangre fría. Son muchas las cosas que han de saber quienes ejerzan la FE, unas se aprenden en las aulas, otras sólo sobre el terreno. La FE ha de tomar cientos o miles de decisiones al año (y si no las toma es que se ha vuelto pasiva, no proactiva), y ha de haber más decisiones correctas que erroneas (que las habrá), lo que requiere, además de conocimientos y experiencia, una mínima inteligencia para actuar correctamente. Del mismo modo, la tensión emocional a que inevitablemente se ven sometidos quienes ejercen la FE requiere sangre fría y cabeza fría, para no dejarse llevar por los nervios o la emociones temporales, positivas o negativas, así como entusiasmo y determinación para no dejarse abatir por el primer revés a que se deba hacer frente (y el segundo, y el tercero …).

La FE es ejercida generalmente por un “core” o núcleo central de la empresa. En las empresas pequeñas el protagonista de la FE es el empresario; en las familiares la familia (aunque no siempre); y en las más grandes el cuadro directivo o el consejo de administración. Ello no es óbice para que otras personas de la empresa participen en las actividades de la FE (de una u otra forma puede decirse que todo el personal lo hace), pero en general lo harán de forma localizada o complementaria, en actividades específicas, con una capacidad de toma de decisiones limitada o nula, y sin que necesariamente tengan la visión de conjunto (la mayor parte de los trabajadores de las empresas no la tienen en absoluto).

La FE no es ejercida sólo por empresas y empresarios; el Estado también ejerce la FE, sólo que lo hace en un régimen frecuente monopolístico o cuasi-monopolístico y de mercado cautivo (hemos de pagar sus servicios nos gusten o no, los usemos o no), lo que hace que sea imposible saber hasta qué punto el Estado crea riqueza o la destruye.

La FE, como fácilmente puede entenderse, es conveniente sea ejercida por muchos agentes económicos diferentes en una sociedad. Cuando la producción de un bien o servicio cualquiera depende sólo de una FE tenemos un monopolio, que no sólo tratará a su mercado como quiera (mercado cautivo), sino que expondrá a éste a riesgo de desabastecimiento por posible autocomplacencia, dejadez, pasividad, desidia e incompetencia de quienes ejercen una FE sin alternativa. El suministro de cualquier bien o servicio debe realizarse por muchas FEs diferentes, tal que si alguna no satisface adecuadamente las necesidades de su mercado (o no las satisface en absoluto), otras puedan tomar el relevo, evitando desabastecimiento, aparte de aumentar las posibilidades de innovación y mejora por competencia. Naturalmente ello implica que quienes ejerzan la FE de forma poco o nada satisfactoria para el mercado, serán descartados por dicho mercado (y con ellos todas las fuentes de riqueza asociadas a dicha FE, que deberan buscar otra FE si quieren ser remuneradas), es decir, en última instancia los consumidores, la sociedad, todos nosotros.

Obsérvese que sin una FE capaz de obtener beneficios no hay salarios para los trabajadores, no hay dividendos para los inversores, no hay compras de otros bienes y servicios previamente producidos, hay menos bienes y servicios para los consumidores (o hay menos alternativas y más caras), etc. Sin un volumen adecuado de FEs la sociedad se empobrece.

Obsérvese también que la obtención de beneficios de la FE es como la nota final del examen sobre todas las asignaturas que representan las características reseñadas; no hace falta sacar sobresaliente en todas, ni siquiera aprobarlas todas; basta con obtener una buena media. Eso sí, los exámenes no acaban nunca.

Una pregunta final. Después de esto ¿qué entendéis ahora por capitalismo? Pensadlo bien antes de intentar responder.

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