los impuestos son una poderosa arma de destrucción de empleo.. a la que hay que sumar las leyes, decretos, regulaciones, inspecciones, requisitos, y el cacique local.. luego inesperadamente resulta que hay un 25% de paro..
Impuestos: lo que la gente no comprende
Después de una conversación entre varias personas que tuve hace unos
pocos días, he llegado a la conclusión de que la gente no se hace ni
repajolera idea de hasta qué punto los impuestos afectan a la actividad
económica, y por eso quiero poner un ejemplo hipersimple para que
aquellos que nunca lo han vivido puedan llegar a comprenderlo.
Está medianamente basado en la realidad, aunque todos los cálculos son a
ojo. Es simplemente para poder explicar un efecto que creo que es
desconocido.
Un escenario sencillo: me monto una tienda, donde (para simplificar)
vendo productos que me cuestan 7,5€ y los vendo a 10€. Un margen de
beneficios medio; la tecnología o la alimentación se mueven por baremos
bajísimos (a menudo <5 a="" algo="" br="" como="" la="" margen="" mayor.="" medio.="" mucho="" otros="" poner="" ropa="" tienen="" un="" vamos="" y="">
Vamos a poner que la inversión me la han dado porque soy hijo de papá
(nada más lejos de la realidad…) y no tengo ni que amortizarla, que
sería lo normal. Vamos a poner que no tengo ningún gasto raro, ni hago
publicidad, ni tengo una furgoneta…nada.
Simplemente tengo un local de 60m y entre local, energía, teléfono y
demás gasto 1.000€ al mes. Que es una cifra ridícula. Pero por redondear
Y me pongo un objetivo: llevarme limpios 1.000€. Nada ambicioso, y hasta
suicida porque un autónomo llevándose eso a casa estaría muerto. Pero
es un primer objetivo.
Como datos objetivos, con la demanda existente calculo se pueden vender
de una forma 1.000 unidades y es justamente la cantidad que tengo
capacidad de vender estando yo solo. A más no llegaría atendiendo bien a
los clientes.
Pues bien, si no existieran impuestos tendría que vender 800
unidades. Las cuentas son fáciles, tengo que ingresar 2.000€ netos y de
cada venta saco 2,5€. Vivo en el Mundo de Yupi y no conozco nada de
impuestos.
Lo primero que pasa es que tengo que pagar el IVA. Efectivamente, como
habrán pensado algunos, no es un impuesto que pague yo…pero vaya si me
afecta.
Porque es impepinable que subir el precio del producto un 21% me va a
bajar la cuota de mercado que podría tener. Igual que a su vez hace que
el consumidor disponga de mucho menos dinero del que tendría para gastar
si no existiera. El problema es que esto es incalculable.
Pero sí que hay otros impuestos perfectamente calculables. En poco
tiempo llego a vender las 800 unidades….y resulta que no me llevo
1.000€, me llevo 500€ a casa. Porque he tenido que pagar autónomos e
IRPF.
Y no sólo eso, sino que todo esto me obliga a contratar un gestor,
porque tengo que llevar la nómina, la contabilidad, las declaraciones
trimestrales…y bastante tengo yo con vender, recepcionar mercancía, etc.
¡Si voy a tope!
El gestor me cuesta 120€. Hago cuentas con él, y para llevarme 1.000€
limpios resulta que tengo que ingresar unos 1.500€. No parece mucho.
Pero claro, acabo de subir mi punto de equilibro, necesito ingresar 620€
más. Eso significa que, con un producto encarecido un 21% en su precio,
tengo que encontrar demanda para poder vender un 30% más. Eso significa
que en vez de 800 unidades tengo que vender aproximadamente unas 1040
Uyuy, estoy por encima de mi demanda natural. No me asusto, porque tengo experiencia en asuntos comerciales.
El problema es que literalmente no tengo tiempo. Si quiero vender ese
30% más, tengo que hacer acciones comerciales, pero es imposible poder
hacerlas y a su vez atender a una sola persona un 30% más de gente.
Por lo que decido contratar; la campaña va viento en popa y creo que voy
incluso a poder ganar más, el empleado se pagará su sueldo y la parte
que me falta a mi.
Como soy generoso, le voy a dar al empleado 1.000€ netos. Va a cobrar
más que yo, pero es la única manera que llegue a ganar lo mío. Hago mis
cálculos y para llegar a ese punto de equilibrio tengo que vender
aproximadamente unas 1440 unidades. Así se paga su nómina y complementa la mía.
El gestor me cuenta que el coste es de unos 2.000€. Yo alucino
pepinillos, y me explica; el IRPF son unos 200€, la SS un poco menos de
500€, hay que contar el mes de vacaciones que cobra pero no trabaja, una
pequeña provisión por si hay que despedirlo, otra para sustituciones
por si hay baja…
Eso me implica que entre los dos tenemos que vender 1840 unidades.
Como yo dedico un 30% de mi tiempo a acciones comerciales, significa
que el nuevo tiene que vender 1280 unidades. Demasiado límite…pero tengo
la suerte de que he dado con una persona increíblemente profesional y
con una actitud intachable. En este ‘cuento’ no existe la mala suerte.
Ahora bien, el mundo no es de color de rosa. La demanda no es estable a
todas las horas, y mientras a ciertas horas hay poca gente o casi nadie,
a otras se agolpa el público. Como buen Pareto, el 80% de la venta se
agolpa en un 20% de las horas.
Tenemos que vender tanto que he hecho acciones comerciales suficientes
(soy un hacha, repito…), pero no tenemos capacidad de atender a la gente
en esa aglomeración, y detecto que hay clientes que no esperan en los
picos y estamos perdiendo clientela. Llegamos a vender 1700 y no tenemos
capacidad para vender más.
Pero como soy un tipo espabilado, pienso la solución perfecta. El primer
empleado me cubre a mi para hacer las acciones comerciales, pero si
cojo un segundo empleado para que refuerce las horas punta, yo podré
dedicarle las horas de menos afluencia a estas acciones comerciales y
llegaremos bien.
Como ya me lo sé, calculo un coste de 1.000€, que se traduce en 2240 unidades vendidas. A estas alturas ya no me asusto, no es que sea buen haciendo acciones comerciales, es que soy el puto amo.
Tengo de nuevo la magnífica suerte de encontrar con otro chaval estupendo y nos ponemos a trabajar.
Llenamos la tienda…y entonces me encuentro con otra realidad terrible:
es una tienda de 60m. Y por mucho que trabajen tres personas, con las
acciones comerciales que he hecho tan estupendamente, resulta que a hora
tope ¡¡¡la gente no cabe en la tienda!!! Nos quedamos cerca, en unas
2100 unidades. Pero no llegamos…
Me echo las manos a la cabeza. Veo que la gente se harta de estar fuera,
y aunque se trabaja bien y estamos cerca de llegar, no es suficiente!
Hago un ‘amago’ de subir los precios. Simplemente un 15%, lo justo para
llegar. Pero rápidamente vuelvo a bajarlos; en unos pocos días la bajada
de ventas es espectacular y me acojono. Por suerte en poquísimo tiempo
recupero la cliente.
Me pregunto hasta qué punto puede influir tener encarecido un 21% el
producto. De no existir, o bien podría mantener el precio (con lo cual
me llegaría perfectamente y ganaría un huevo, porque estaría teniendo
casi el doble de margen), o podría bajarlo aumentando la demanda hasta
el infinito.
Y entonces me planteo liarme la manta a la cabeza. ¡Un local más
grande!. Tengo uno enfrente de 150m. Eso sí, ya no tengo financiación.
Mi padre ha pagado todos los meses la diferencia negativa y está hasta
los mismísimos. Tengo que ir al banco. Pero como estoy ingresando pasta y
creciendo, me da unos cuantos miles de euros para acondicionarlo.
Mis gastos vuelven a subir. Ahora los gastos suben a 2.500€ con el nuevo
local. Más unos 250€ de financiación, más las nóminas, más lo mío. Pero
no me importa; ya he decidido tirarme al vacío, y lo que voy a hacer es
subirle al segundo trabajador a jornada completa, mientras yo le dedico
la mayoría de mi tiempo a acciones comerciales y sólo apoyo ese 20% de
horas que más demanda hay. Que no se diga que no soy inteligente.
Con lo cual tengo que subir a otras 400 unidades vendidas por esta
segunda nómina, más otras 600 por el coste de local, más otras 100 por
la financiación. Tengo que conseguir vender 3340 unidades.
Estábamos vendiendo unas 2000, pero como casi voy a duplicar el trabajo
comercial, creo que podré lograrlo porque en este local no tenemos
límite de entrada de gente.
Entonces ocurre lo que no me imaginaba…que he llegado al límite de la
demanda. Consigo vender 2800 unidades, pero resulta que no soy capaz de
atraer más gente…o que no hay más, directamente. La demanda no es
infinita.
Cerramos, los dos empleados a la calle, yo me quedo con el pufo y con un padre cabreadísimo porque ha perdido su pasta.
Peeeero vamos a hacer unas pequeñas cuentas. Imaginemos que no existen
impuestos…dejo el mismo precio de venta final (hay demanda a ese
precio!), aumentando el margen de 2,5€ a 4,6€ y quito el resto de
impuestos:
• Sin tener que pagar impuestos ni gestor, vendiendo 800 unidades ganaría 3680€
• Con un empleado cobrando 1000€ sin impuestos, vendiendo 1700 unidades ganaría 6820€
• Con un ejemplado y otro a mitad jornada, cobrando 1000€ y 500€ respectivamente, vendiendo 2100 unidades, ganaría 8160€
Os recuerdo que EN NINGÚN MOMENTO he conseguido llevarme a casa 1.000€ netos.
Y sí, es un cuento chino. Pero este increíble efecto hace que muchas
empresas que podrían ser perfectamente viables no lo sean por los
impuestos.
Porque los gastos (locales, maquinaria, suministros…) se podrían
prorratean entre los empleados, de forma que cada empleado con su
productividad tiene que pagar su propio sueldo y el porcentaje de los
gastos comunes. Cuantos más empleados sean en una empresa, más asequible
(con matices…) será pagar ese gasto.
Pero es que como cada empleado lleva la enormísima carga de sus propios y
altísimos impuestos, la productividad necesaria para cada empleado se
multiplica.
El IVA, ese impuesto que muchos creen que no afecta a las empresas, tira
de los márgenes escandalosamente hacia abajo. Y lo que es aún peor,
reduce la demanda. Es muy fácil de imaginar la diferencia de lo que
pasaría si cualquier producto mañana sube o baja de golpe un 21%.
Todas las actividades económicas necesitan para sobrevivir un punto de
equilibrio en el cual los gastos sean menores que los ingresos.
Cuando la actividad la realiza una sola persona, esta debe cubrir todos
los gastos y generar para mantenerse, que ya es decir. Si a esta enorme
carga se suman unos enormes impuestos, se está limitando enormemente la
posibilidad de que alguien pueda sustentarse por sí mismo.
Además estos impuestos hacen que, si el sector o el trabajo no sea lo
suficientemente productivo, sea IMPOSIBLE cubrir todo. Con lo cual, como
en este ejemplo chorras se necesita producir más.
Pero es que producir más puede implicar contratar, con lo cual también
se vuelven a pagar unos impuestos exagerados, invertir (otro local,
furgoneta, material, máquina) o lo que sea, con lo cual se vuelve a
incurrir en gastos que alejan aún más el punto de equilibrio.
Hay un número increíble de actividades que podrían ser rentables simplemente con tener unos impuestos más razonables.
Esta historia es ficticia pero está basada en una ‘true story’. No
personal, pero vivida de cerca. Y no era una tienda, simplemente he
puesto algo comprensible.
Hay negocios que por su propia naturaleza, con la carga de los impuestos
tienen un punto de equilibrio en el que necesitan un volumen de venta
tan grande para el que no encuentran demanda. Dicho en plata, son
perfectamente factibles, pero la carga impositiva elimina la posibilidad
de encontrar suficiente demanda como para sobrevivir.
Eso sin contar con un efecto más retorcido pero también muy real;
muchísima gente estaría preparada para ser autónoma o gestionar un
pequeño negocio, pero esta necesidad de que ser más grande para llegar
al punto de equilibrio aleja las posibilidades de éxito, cuando más
grande es una empresa más difícil de manejar.
Igualmente, aleja también a los emprendedores. El porcentaje de personas
que podría ser autónomo o tener un pequeño negocio sería grande, pero
necesitar una gran inversión lo imposibilita.
Cualquier negocio en el cual el mayor activo sea humano, y tenga que
pagar un 50% de impuestos al trabajo entre IRPF y SS, automáticamente
estará necesitando de un ingreso aproximadamente 3-4 veces mayor al que
necesitaría si no estuvieran esos impuestos.
Simplemente porque el cliente no viene solo; atraer cliente tiene un
coste, y bastante alto. Y si los impuestos te obligan a atraer más
clientes de los que necesitarías, tienes que invertir en atraerlos. En
publicidad, comerciales, etc.
Y tener más clientes de los que necesitarías también tiene coste. Atención, soporte, administración…los gastos se multiplican.
Los negocios no tienen una rentabilidad lineal. Cuando tienes una
fábrica a tope, si quieres fabricar más tienes que hacer una inversión
enorme. Y puede que hagas esa inversión y no tengas suficiente demanda y
haber tirado gran parte de la inversión.
Los impuestos altos alejan el equilibrio hasta puntos insospechados. Por
las cuentas (muy a ojímetro!) que he echado en las empresas donde he
estado, simplemente bajando los impuestos a la mitad el punto de
equilibrio podría quedarse en…¡un tercio! de la facturación necesaria
con los impuestos actuales.
Eso significaría que cualquiera de esas empresas podría tener
exactamente las mismas cuentas de beneficios, pagando las mismas
nóminas, facturando una tercera parte y por tanto dejando hueco para
otras dos empresas exactamente iguales en el mercado, o podrían ser
mucho de grandes empleando a muchísima más gente.
O en ambos casos (lo cual sería una situación normal…) podrían
simplemente tener más personal, menos gente puteada trabajando hasta el
infinito y con mejores nóminas.
En fin, que quien haya llegado hasta aquí, gracias por leer el tocho completo! 5>
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