rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.. eso en todo (vivienda, bolsa..)..
Invertir en bolsa, más rentable que comprar vivienda en los últimos 30 años
Remontémonos a 1985. Imaginemos que aquel año, usted decidió invertir
16.639 de las antiguas pesetas, 100 euros en la actualidad, en la bolsa
española. Hoy en día, esos 100 euros se habrían transformado en 1.000
euros. Mayor habría sido la ganancia -1.232 euros para ser más exactos-,
si esa cantidad hubiera ido a parar al conjunto de las constructoras
que cotizan en bolsa. Por el contrario, si esos mismos 100 euros se
hubieran destinado a comprar una vivienda, hoy en día estaríamos
hablando de 650 euros.
Obviamente, 16.639 pesetas habrían sido suficientes para comprar varias
acciones pero no una vivienda. De hecho, hace 30 años, para haber podido
materializar dicha inversión, habría que haber destinado casi 4
millones de pesetas para poder comprar una vivienda media de 80 metros
cuadrados -a razón de unos 300 euros el metro cuadrado-.
No obstante, una vez hecha esta apreciación, en términos de
rentabilidad, la que a priori parecía una inversión mucho más segura -al
menos hasta el estallido de la burbuja hace ya seis años-, habría
reportado unos rendimientos sensiblemente inferiores que la bolsa
española, una alternativa que se ha revelado como una opción más
rentable en los últimos 30 años, si bien mucho más volátil. Más líquida
también, puesto que resulta más sencillo desprenderse de unas acciones
que de una vivienda, pero sujeta a fuertes altibajos, tal y como puede
apreciarse en el gráfico.
No obstante quien hace casi tres décadas decidió optar por la vivienda
como refugio para sus ahorros o como una inversión a largo plazo,
tampoco erró en su elección. Según el Índice Inmobiliario de ST (IIC),
que recoge las variaciones sufridas en el precio de mercado de viviendas
con base 100 en diciembre 1985, el 31 de diciembre de 2013 el indicador
alcanzó la cifra de 625,5, lo que significa que quien compró en 1985
una vivienda nueva podría venderla actualmente a un precio 6 veces por
encima de aquel año.
Para que esas ganancias se hubieran materializado, obviamente, usted
debería haber destinado su dinero por a bolsa como a la vivienda hace
casi tres décadas y haber mantenido su inversión hasta el día de hoy.
Una inversión a largo plazo en toda regla.
No obstante, tal y como puede apreciarse en la tabla, desde 1985,
cualquiera de esas tres inversiones -bolsa, constructoras o vivienda- ha
experimentado importantes revalorizaciones. Es decir, podría haber
decidido vender en 1986, o en 1990, incluso en 2007, cuando estalló la
crisis financiera y explotó la burbuja inmobiliaria, y habría ganado
dinero.
Eso sí, quien decidió deshacer posiciones antes del desplome de la renta
variable a partir de 2007, consiguió transformar cada 100 euros en
1.708. Quien apostó por las constructoras obtuvo algo más de 2.409 euros
por cada 100 invertidos en 1985, mientras que por cada 100 euros
depositados en una casa, habría obtenido casi 900.
La bolsa, más volátil pero más líquida
“Es cierto que si echamos la vista atrás, vemos cómo la bolsa ha sido
más rentable como inversión que la vivienda. No obstante, también ha
sido mucho más volátil”, explica a El Confidencial Juan
Fernández-Aceytuno, director General de Sociedad de Tasación, al tiempo
que añade que la bolsa también ofrece al inversor una mayor liquidez que
la vivienda.
Precisamente la fuerte volatilidad ha sido una constante en la renta
variable en las tres últimas décadas, tal y como muestra el gráfico
superior, con dos fuertes altibajos entre 2005 y 2007. Ese año, con el
estallido de la burbuja inmobiliaria y del inicio de la crisis
financiera se produjo un fuerte desplome de la bolsa mucho más abrupto
que en la vivienda, que inició una tímida caída que solamente se ha
acelerado en los dos últimos años.
Además, mientras que las casas todavía tienen recorrido a la baja, como
apuntan los expertos, la bolsa ya ha dado síntomas de recuperación con
revalorizaciones en el último año. Es decir, si en 2011 usted compró
casa y decidió vender, con toda probabilidad perdió dinero. No así si
invirtió en la bolsa española.
Para quienes tanto la bolsa como la vivienda ha resultado una inversión
ruinosa fue para quienes apostaron por alguna de ellas hace siete años.
En 2007, tanto la bolsa, como las constructoras que cotizaban en el
mercado bursátil como la vivienda alcanzaron sus máximos históricos. Por
cada 1.700 euros invertidos en bolsa se han evaporado 700, mientras que
la pérdida en ladrillo puro y duro ronda los 250 euros por cada 900.
Una prueba de la fuerte volatilidad de la renta variable.
De cara al futuro, y tras el ajuste de precios sufrido -cercana al 40%
en el caso de la vivienda nueva y en términos reales, según Sociedad de
Tasación-, son muchos los expertos los que vuelven a ver atractiva la
vivienda como inversión. “El sector inmobiliario se encuentra en un
punto de inflexión y volverá a ser a una oportunidad de inversión
atractiva a lo largo de 2014, siempre que se tenga en cuenta que una
inversión inmobiliaria debe contemplar un horizonte temporal entre 5 y
10 años", apuntaba recientemente Bankinter en un informe sobre el
mercado residencial español.
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