Problemas de Familia
Las empresas familiares son mayoría en un país como España en el que
el tamaño medio de las empresas es pequeño y las salidas a bolsa
escasas. Un tema recurrente asociado a la empresa familiar son los
efectos de la sucesión del fundador de la empresa. En una entrada anterior hablamos del efecto de una sucesión familiar respecto a una sucesión externa.
Hoy querría hablar de un tema distinto, de los costes para las empresas
cuando la sucesión del fundador transfiere la empresa a varios
familiares. ¿Sufren las empresas familiares cuando su propiedad se
transfiere a múltiples herederos? ¿Cuán costosos son los conflictos
familiares para las empresas? Aunque a nivel anecdótico las historias al
respecto son incontables, responder la pregunta de un modo sistemático
es más complejo.
Andrew Ellul, Marco Pagano y Fausto Panunzi
se formulan precisamente estas mismas preguntas. Parten de la hipótesis
de que una estructura de propiedad dispersa entre varios familiares
puede ser costosa para las empresas familiares. El coste, puede ser
directo, por ejemplo las luchas internas entre los propietarios
destruyen valor. También puede haber costes indirectos si propietarios y
empresas distorsionan su comportamiento para tratar de evitar estos
conflictos.
Para responder a la pregunta codifican las leyes sobre la herencia en
38 países. En particular construyen un índice sobre en que medida la
legislación local obliga a los empresarios familiares a dividir su
herencia mas o menos equitativamente entre sus hijos e hijas. La
hipótesis del articulo es que si la legislación obliga a distribuir las
acciones de la empresa entre los distintos sucesores ocurren ciertas
distorsiones respecto a si la ley da libertad para distribuir de
cualquier manera. Las distorsiones tienen que ver con las potenciales
ventajas de mantener el control de la empresa concentrado en pocos
accionistas. En la medida en que estas ventajas existan, forzar a una
distribución equitativa conlleva dos tipos de distorsiones. En primer
lugar, una legislación más equitativa implica distribuciones de
las acciones menos concentradas, con los consiguientes conflictos de
intereses. En segundo lugar, la legislación puede inducir al fundador de
la empresa a diversificar en exceso su riqueza en vida para poder
concentrar la propiedad de la empresa en pocos herederos y compensar a
los herederos que no heredan las acciones con otras propiedades. Por
último, una legislación equitativa puede forzar a la empresa a obtener
excesiva financiación para recomprar las acciones de los herederos
minoritarios. Todas estas alternativas podrían reducir la inversión y el
valor de la empresa tanto antes como después de la sucesión.
El artículo utiliza una muestra de 10000 empresas familiares y no
familiares provenientes de 38 países y con datos entre 1990 y 2007. Los
autores encuentran que, en primer lugar, las leyes más restrictivas que
fuerzan a la distribución más equitativa de la herencia, reducen la
inversión en las empresas familiares, pero no tienen efecto sobre las
empresas no familiares. En segundo lugar, los efectos sólo se presentan
en aquellas empresas que sufren una sucesión y son más intensos justo
después de esta.
Seguro que algunos lectores de Nada es Gratis se estarían preguntando
si estos resultados no serán la consecuencia de alguna variable que se
nos esta escapando y no tiene nada que ver con las leyes de la herencia
ni los conflictos familiares. A estas alturas, los lectores habituales
de NEG ya saben que correlación no implica necesariamente causalidad y
que alguna característica a nivel de país podría estar determinando
simultáneamente el valor de las empresas y su legislación.
Buscando evidencia de un efecto causal, Margarita Tsoutsoura
utiliza como “experimento” un cambio en la imposición sobre la herencia
en Grecia. Antes del 2002, la herencia de acciones estaba sujeta a
tasas del 20% en Grecia, con independencia de quien heredase. Después
del 2002 la tasa bajo hasta el 2.4% para herencias entre familiares,
pero se mantuvo en el 20% para herencias entre no familiares. Este
cambio en la imposición aumentó el número de empresas heredadas por
familiares. Margarita utiliza simultáneamente el cambio en la imposición
con el sexo del primer hijo de la familia (de modo similar al artículo
de Francisco Pérez que comentamos en otra entrada) para tener variación en los incentivos a una transición familiar tanto en el tiempo como en la sección cruzada de empresas.
Los resultados muestran que, tras el cambio legislativo, las empresas
con mayor probabilidad de una sucesión familiar reducen su inversión en
activos tangibles un 17.6% en los años previos a la sucesión y un 9% en
los años posteriores. Las empresas familiares crecen menos y acumulan
menos liquidez. De nuevo, y coincidiendo con Ellul, Pagano y Panunzi, el
mecanismo propuesto es que los empresarios acumulan rentas fuera de la
empresa para poder compensar a los herederos que no heredan la empresa
mediante otros activos que no son acciones (en este caso para ahorrar en
impuestos).
La evidencia combinada de ambos artículos es bastante convincente. El
artículo de Ellul, Pagano y Panunzi da una panorámica general
internacional y el de Tsoutsoura muestra evidencia muy detallada sobre
Grecia. La presencia de múltiples herederos supone un coste adicional
para las empresas familiares. Facilitar la transición de las empresas
familiares hacia empresas más profesionales o la concentración de la
propiedad en un único heredero genera valor.
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