El oro… ¿muere?
Desde hace unos meses, en el mercado se rumorea con más fuerza que nunca
la posible caída del oro. Tras la caída de precio de estos últimos días
– similar, por cierto, a la ocurrida los dos últimos meses de 2011 –
los inversores comienzan a plantearse si la gran burbuja está a punto de
explotar. Además, estos últimos días hemos conocido que Goldman Sachs,
Credit Suisse y Société Générale han decidido vender sus posiciones en
oro, lo que ha generado – más si cabe – a muchos analistas más dudas de
las que tuvieran antes. Por lo tanto, en este artículo trataremos de
realizar una pequeña reflexión sobre el precio del oro, la oferta del
oro, la demanda del oro y la posibilidad real de un gran colapso en su
precio (y, refiriéndome a gran colapso me refiero no a que baje de
1.500$, sino que llegue a 200$).
A nivel técnico podemos decir que el precio del oro ha recorrido un
fuerte canal bajista desde septiembre de 2012, canal bajista que, a su
vez, se ha caracterizado por una fortísima volatilidad. Empero, el
movimiento que ha realizado el precio en el medio plazo ha sido de
desplazamiento lateral, con una línea de soporte que ya podríamos
denominar como un soporte fuerte (cercano a 1.500$ la onza) y una
resistencia – también fuerte – en torno a los 1.800$. Lo que vemos en la
gráfica es que, a priori, el precio del oro se mantendrá estable en
dichos márgenes pese al canal bajista del corto plazo. La gran amenaza y
la señal de alerta a nivel técnico sería que perforase los 1.500$ la
onza, en ese caso sí podríamos estar ante una gran caída. Ahora bien,
¿cómo se encuentran la oferta y la demanda del oro? ¿qué reflejan?
La Demanda de Oro
Dejemos claro una cosa para hablar con propiedad de la oferta y la
demanda del oro. El oro no está en burbuja, nunca ha estado en burbuja.
Además, suponer que dicha burbuja existiría nos llevaría a la paradoja
de los 200$. Al cabo, con una demanda global para usos distintos de
inversión de oro que ha caído más del 25% en los últimos 13 años y un
precio que, a su vez, se ha multiplicado por seis, asumir que el
detrimento de dicha demanda global se corresponde con una fase
especulativa del metal amarillo es extremadamente simplista – y nos
llevaría a que el oro debería tener un precio de 200$ si se corrigiera
la burbuja – por lo que no podemos aceptarla.
La demanda del oro está conformada por la compra neta de oro por parte
de los bancos centrales, la compra de oro para usos relacionados con la
joyería, la compra de oro para usos tecnológicos y la compra del oro
como inversión. Durante los últimos años, la demanda de oro para joyería
o para tecnología se ha ido reduciendo. Si bien es cierto que la
aparición de China e India en la escena internacional logró mantener
ciertos niveles de demanda para estos fines (recordemos que, en términos
totales, la demanda en China pasó de 200 toneladas en 2003 a más de 600
toneladas actualmente).
Es precisamente esta fuerte reducción la que más ha llevado a analistas a
apostar por un oro totalmente especulativo y con alta fragilidad. Es
decir, por apostar a que el precio del oro estaba muy por encima de los
flujos de caja futuros que con el oro obtendrían los agentes (estábamos
ante una burbuja). Así pues, la demanda global para joyería fue de 2.500
toneladas en 2003 mientras que en 2012 cerró por debajo de 1.900
toneladas. Por otro lado, la demanda para tecnología se ha visto
fuertemente reducida – y más que se irá reduciendo gracias a la
aparición cada vez de nuevos materiales conductores – alcanzando en 2012
una demanda global de unas 200 toneladas mientras que entre 2005 y 2007
en una media de 400 toneladas (una reducción de la demanda del 50%).
Acompañada la reducción de la demanda para estos fines a un fuerte
aumento de la demanda para inversión – y el mucho más significativo
aumento de la demanda por parte de bancos centrales – es la prueba
definitiva, para sus defensores, de que estamos ante una burbuja
colosal, filtrada por todo el sistema financiero. En 2003 la demanda de
oro para inversión era de tan solo 200 toneladas, mientras que alcanzó
su máximo histórico en 2011 en casi 1.800 toneladas (14 veces más).
La reducción de la demanda para inversión en 2012 es la que está
provocando que el precio se viera reducido. Al cabo, la demanda para
este fin se ha reducido en más de 200 toneladas y las previsiones para
2013 es que no aumente la demanda del metal amarillo como inversión.
Y es que, tal vez, para conocer un poco lo que ha implicado durante la
última década el brutal aumento de la demanda de oro debamos acudir al
concepto de “dinerabilidad” que acuñó Hayek para referirse a aquellos
bienes más líquidos (entendidos en la concepción mengeriana del término)
y que, por lo tanto, eran más dinerables. Para Hayek, el bien más
líquido tendría buenas propiedades para ser dinero – aunque no
necesariamente un buen dinero – y, debido a la liquidez del oro, el oro
hoy en día sería el activo más dinerable. No entro aquí a debatir sobre
por qué el oro es el mejor dinero (alta demanda previa como estamos
viendo y como se ha visto históricamente, fácil accesibilidad, fácil
transformación y buen medio para atesorar capital a largo) sino por qué
hemos vivido una intensa monetización del oro a nivel internacional.
El problema es cuando, con el oro, la monetización nos ha llevado a
errores de análisis que ya cometió en su día Fisher y la escuela de
pensamiento que le siguió. Es decir, gracias a que el oro ha demostrado
una relativa estabilidad como buen medio para atesorar capital esto
reduce fuertemente la incertidumbre sobre los flujos de caja futuros que
ya habíamos comentado lo que provoca que la demanda especulativa se vea
minorada, entonces, ¿qué es la demanda para fines de inversión que
tanto ha crecido?
La demanda es una protección ante un dinero fiduciario que cada vez
tiene menor valor. Ya hemos comentado como una serie de decisiones
monetarias han pauperizado a toda la población y han pervertido el
dinero fiduciario que tenemos entre manos. El miedo al colapso y la
fuerte estabilidad de las divisas para atesorar capital a largo han
empujado con fuerza la demanda de oro. Esto no es más que un proceso de
prueba y error que lleva realizando el mercado desde que se abandonase
el patrón oro en los 70, un proceso entre el oro que se demanda desde
los mercados internacionales como bien más dinerable y las divisas. El
oro ha demostrado una fuerte estabilidad intrapersonal e interespacial,
lo que hace que sus cualidades sean suficientemente potentes como para
acabar siendo destronado por el dinero fiduciario. La única vía para que
el dólar o el euro u otra divisa puedan sobreponerse al oro es que
fueran un mejor dinero, es decir, más estable y mucho menos sensible a
los procesos inflacionarios.
¿Es esto previsible en el corto plazo? Está claro que el mercado lleva
apostando en este sentido y los movimientos de los tres top tier Banks
citados con anterioridad podrían anticipárnoslo. Pero esto supondría que
las divisas se van a fortalecer, ¿en medio de una guerra de divisas
como la que vivimos? La tesis no parece muy plausible pero junto con las
continuas depreciaciones y las alteraciones en el mercado cambiario
estamos viendo también una fuerte compraventa de oro por parte de los
bancos centrales que podrían usarlo para asegurar la divisa tal y como
hicieron en los 80 provocando un colapso en el precio del oro.* No
estamos hablando que una QE o la OMT robustezcan una moneda porque
salvaguarden el mercado financiero o a los Estados como ha pasado con
España (que ni los sanean ni robustecen en sentido estricto la moneda,
sino que la pervierten) sino que tras estas expansiones podría venir un
movimiento como en los 80 de subida de tipos y ahí se ve el miedo que ha
generado la reducción de demanda para inversión, en el fuerte aumento
(cada día más) de demanda de oro por parte de los bancos centrales.
Al final, lo que no debemos tener en cuenta son argumentos mal trazados
sobre el oro. No debemos fijarnos en sus usos no monetarios como puntos
clave de su valor marginal – esto es, joyería y tecnología – ni debemos
fijarnos en su relativa escasez para argumentar que hay un suelo en el
precio, o que el CAPEX necesario para seguir aumentando la producción
sea muy elevado. Todo esto nos induce a un tremendo error como cometen
en ciertos análisis realizados recientemente. La demanda de oro, al
cabo, dependerá de sus usos no monetarios, pero a medida que las divisas
sean más frágiles irán dependiendo más del valor de los flujos de caja
futuros que puedan generar – es decir, de su poder adquisitivo – y de su
superioridad frente a otros instrumentos (frente al Euro, al Dólar, al
Yen…).
Concluyendo, si el precio del oro cae por debajo de 1.500$ veremos un
fuerte movimiento técnico bajista, pero no nos va a llevar a 200$ como
si toda la demanda de inversión fuera especulativa – si fuera una
burbuja, que no lo es – sino que se mantendrá relativamente estable.
Mientras las divisas se sigan depreciando el oro tendrá mayor fortaleza y
mayor poder adquisitivo. Los movimientos de los bancos centrales en los
últimos meses (guerra de divisas + compra de oro) generan incertidumbre
en los inversores y de ahí la reducción de la demanda. Pero sólo un
buen dinero podría desbancar al oro definitivamente. Y como el oro es el
mejor dinero, sólo mejorar un poco el dólar o el euro (subiendo los
tipos) generaría, ahora sí, una fuerte caída en el precio del oro.
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