20130314

El oro… ¿muere?

El oro… ¿muere?

Desde hace unos meses, en el mercado se rumorea con más fuerza que nunca la posible caída del oro. Tras la caída de precio de estos últimos días – similar, por cierto, a la ocurrida los dos últimos meses de 2011 – los inversores comienzan a plantearse si la gran burbuja está a punto de explotar. Además, estos últimos días hemos conocido que Goldman Sachs, Credit Suisse y Société Générale han decidido vender sus posiciones en oro, lo que ha generado – más si cabe – a muchos analistas más dudas de las que tuvieran antes. Por lo tanto, en este artículo trataremos de realizar una pequeña reflexión sobre el precio del oro, la oferta del oro, la demanda del oro y la posibilidad real de un gran colapso en su precio (y, refiriéndome a gran colapso me refiero no a que baje de 1.500$, sino que llegue a 200$).

A nivel técnico podemos decir que el precio del oro ha recorrido un fuerte canal bajista desde septiembre de 2012, canal bajista que, a su vez, se ha caracterizado por una fortísima volatilidad. Empero, el movimiento que ha realizado el precio en el medio plazo ha sido de desplazamiento lateral, con una línea de soporte que ya podríamos denominar como un soporte fuerte (cercano a 1.500$ la onza) y una resistencia – también fuerte – en torno a los 1.800$. Lo que vemos en la gráfica es que, a priori, el precio del oro se mantendrá estable en dichos márgenes pese al canal bajista del corto plazo. La gran amenaza y la señal de alerta a nivel técnico sería que perforase los 1.500$ la onza, en ese caso sí podríamos estar ante una gran caída. Ahora bien, ¿cómo se encuentran la oferta y la demanda del oro? ¿qué reflejan?




La Demanda de Oro

Dejemos claro una cosa para hablar con propiedad de la oferta y la demanda del oro. El oro no está en burbuja, nunca ha estado en burbuja. Además, suponer que dicha burbuja existiría nos llevaría a la paradoja de los 200$. Al cabo, con una demanda global para usos distintos de inversión de oro que ha caído más del 25% en los últimos 13 años y un precio que, a su vez, se ha multiplicado por seis, asumir que el detrimento de dicha demanda global se corresponde con una fase especulativa del metal amarillo es extremadamente simplista – y nos llevaría a que el oro debería tener un precio de 200$ si se corrigiera la burbuja – por lo que no podemos aceptarla.

La demanda del oro está conformada por la compra neta de oro por parte de los bancos centrales, la compra de oro para usos relacionados con la joyería, la compra de oro para usos tecnológicos y la compra del oro como inversión. Durante los últimos años, la demanda de oro para joyería o para tecnología se ha ido reduciendo. Si bien es cierto que la aparición de China e India en la escena internacional logró mantener ciertos niveles de demanda para estos fines (recordemos que, en términos totales, la demanda en China pasó de 200 toneladas en 2003 a más de 600 toneladas actualmente).

Es precisamente esta fuerte reducción la que más ha llevado a analistas a apostar por un oro totalmente especulativo y con alta fragilidad. Es decir, por apostar a que el precio del oro estaba muy por encima de los flujos de caja futuros que con el oro obtendrían los agentes (estábamos ante una burbuja). Así pues, la demanda global para joyería fue de 2.500 toneladas en 2003 mientras que en 2012 cerró por debajo de 1.900 toneladas. Por otro lado, la demanda para tecnología se ha visto fuertemente reducida – y más que se irá reduciendo gracias a la aparición cada vez de nuevos materiales conductores – alcanzando en 2012 una demanda global de unas 200 toneladas mientras que entre 2005 y 2007 en una media de 400 toneladas (una reducción de la demanda del 50%).

Acompañada la reducción de la demanda para estos fines a un fuerte aumento de la demanda para inversión – y el mucho más significativo aumento de la demanda por parte de bancos centrales – es la prueba definitiva, para sus defensores, de que estamos ante una burbuja colosal, filtrada por todo el sistema financiero. En 2003 la demanda de oro para inversión era de tan solo 200 toneladas, mientras que alcanzó su máximo histórico en 2011 en casi 1.800 toneladas (14 veces más).

La reducción de la demanda para inversión en 2012 es la que está provocando que el precio se viera reducido. Al cabo, la demanda para este fin se ha reducido en más de 200 toneladas y las previsiones para 2013 es que no aumente la demanda del metal amarillo como inversión.

Y es que, tal vez, para conocer un poco lo que ha implicado durante la última década el brutal aumento de la demanda de oro debamos acudir al concepto de “dinerabilidad” que acuñó Hayek para referirse a aquellos bienes más líquidos (entendidos en la concepción mengeriana del término) y que, por lo tanto, eran más dinerables. Para Hayek, el bien más líquido tendría buenas propiedades para ser dinero – aunque no necesariamente un buen dinero – y, debido a la liquidez del oro, el oro hoy en día sería el activo más dinerable. No entro aquí a debatir sobre por qué el oro es el mejor dinero (alta demanda previa como estamos viendo y como se ha visto históricamente, fácil accesibilidad, fácil transformación y buen medio para atesorar capital a largo) sino por qué hemos vivido una intensa monetización del oro a nivel internacional.

El problema es cuando, con el oro, la monetización nos ha llevado a errores de análisis que ya cometió en su día Fisher y la escuela de pensamiento que le siguió. Es decir, gracias a que el oro ha demostrado una relativa estabilidad como buen medio para atesorar capital esto reduce fuertemente la incertidumbre sobre los flujos de caja futuros que ya habíamos comentado lo que provoca que la demanda especulativa se vea minorada, entonces, ¿qué es la demanda para fines de inversión que tanto ha crecido?

La demanda es una protección ante un dinero fiduciario que cada vez tiene menor valor. Ya hemos comentado como una serie de decisiones monetarias han pauperizado a toda la población y han pervertido el dinero fiduciario que tenemos entre manos. El miedo al colapso y la fuerte estabilidad de las divisas para atesorar capital a largo han empujado con fuerza la demanda de oro. Esto no es más que un proceso de prueba y error que lleva realizando el mercado desde que se abandonase el patrón oro en los 70, un proceso entre el oro que se demanda desde los mercados internacionales como bien más dinerable y las divisas. El oro ha demostrado una fuerte estabilidad intrapersonal e interespacial, lo que hace que sus cualidades sean suficientemente potentes como para acabar siendo destronado por el dinero fiduciario. La única vía para que el dólar o el euro u otra divisa puedan sobreponerse al oro es que fueran un mejor dinero, es decir, más estable y mucho menos sensible a los procesos inflacionarios.

¿Es esto previsible en el corto plazo? Está claro que el mercado lleva apostando en este sentido y los movimientos de los tres top tier Banks citados con anterioridad podrían anticipárnoslo. Pero esto supondría que las divisas se van a fortalecer, ¿en medio de una guerra de divisas como la que vivimos? La tesis no parece muy plausible pero junto con las continuas depreciaciones y las alteraciones en el mercado cambiario estamos viendo también una fuerte compraventa de oro por parte de los bancos centrales que podrían usarlo para asegurar la divisa tal y como hicieron en los 80 provocando un colapso en el precio del oro.* No estamos hablando que una QE o la OMT robustezcan una moneda porque salvaguarden el mercado financiero o a los Estados como ha pasado con España (que ni los sanean ni robustecen en sentido estricto la moneda, sino que la pervierten) sino que tras estas expansiones podría venir un movimiento como en los 80 de subida de tipos y ahí se ve el miedo que ha generado la reducción de demanda para inversión, en el fuerte aumento (cada día más) de demanda de oro por parte de los bancos centrales.



Al final, lo que no debemos tener en cuenta son argumentos mal trazados sobre el oro. No debemos fijarnos en sus usos no monetarios como puntos clave de su valor marginal – esto es, joyería y tecnología – ni debemos fijarnos en su relativa escasez para argumentar que hay un suelo en el precio, o que el CAPEX necesario para seguir aumentando la producción sea muy elevado. Todo esto nos induce a un tremendo error como cometen en ciertos análisis realizados recientemente. La demanda de oro, al cabo, dependerá de sus usos no monetarios, pero a medida que las divisas sean más frágiles irán dependiendo más del valor de los flujos de caja futuros que puedan generar – es decir, de su poder adquisitivo – y de su superioridad frente a otros instrumentos (frente al Euro, al Dólar, al Yen…).

Concluyendo, si el precio del oro cae por debajo de 1.500$ veremos un fuerte movimiento técnico bajista, pero no nos va a llevar a 200$ como si toda la demanda de inversión fuera especulativa – si fuera una burbuja, que no lo es – sino que se mantendrá relativamente estable. Mientras las divisas se sigan depreciando el oro tendrá mayor fortaleza y mayor poder adquisitivo. Los movimientos de los bancos centrales en los últimos meses (guerra de divisas + compra de oro) generan incertidumbre en los inversores y de ahí la reducción de la demanda. Pero sólo un buen dinero podría desbancar al oro definitivamente. Y como el oro es el mejor dinero, sólo mejorar un poco el dólar o el euro (subiendo los tipos) generaría, ahora sí, una fuerte caída en el precio del oro.

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