y empezó con 10 dólares hace 5 años.. claro.. y siempre acertó..
más del 90% de inversores en bolsa pierden hasta la camisa..
a lo mejor están buscando gacelas..
seguro que la realidad se asemeja más a ésto:
Un estudiante se hace millonario invirtiendo en los recreos
Lo más fácil sería llamarlo el lobito de Wall Street, por la rapidez con la que está amasando dinero. Pero por su origen, Mohammed Islam
es más un tigretón. Este joven estudiante del afamado instituto
neoyorquino Stuyvesant, que se presenta en las redes sociales como
consejero delegado de BlackMarion, tiene ya una fortuna de 72 millones
de dólares, que acumuló jugando acciones y futuros en los recreos. El
próximo verano, con la mayoría de edad, fundará un fondo especulativo.
Al ritmo al que le rentan las inversiones no sería extraño verlo pronto
en el club de multimillonarios de Forbes.
De momento, este adolescente inversor ya es el protagonista de una de
las historias que la última edición del New York Magazine dedica a los
motivos que hacen especial la ciudad de los rascacielos para vivir.
Islam reside en el popular barrio de Queens. Sus padres son inmigrantes
de Bengala. El joven debe ser un genio de los números, porque a
Stuyvesant solo entran los mejores. Es uno de los centros públicos que
te abren directamente la puerta a las más reconocidas universidades,
como Harvard o Dartmouth.
“¿Qué es lo que mueve el mundo?”, se pregunta el chaval en la entrevista
con la revista, “el dinero”. “Si el dinero no fluye, las empresas no
pueden progresar, no se puede innovar y no hay productos”, explica para
exponer su filosofía de negocio, “sin inversiones, sin crecimiento, no
hay puestos de trabajo”. Islam se presenta como un chaval tímido y
modesto, muy disciplinado en su estrategia, aunque las cenas con sus
amigos son a base de latas de caviar de 400 dólares. Eso sí, sus padres
no le dejan aún abandonar el hogar familiar.
El portal Business Insider ya le incluyó hace un año en una lista
dedicada a las 20 figuras más influyentes de Wall Street con menos de 20
años de edad. Entonces explicó que los mercados en los que le gustaba
jugar eran los futuros de oro y de petróleo. Pero también le genera un
especial atractivo los mercados de acciones cuando los derivados no van
bien. Ahí se fija en las compañías de tamaño medio. En cualquier
terreno, sus movimientos se basan en la volatilidad y el volumen.
Los amigos de este prodigio de las finanzas, con los que se dispone a
montar el fondo, le llaman el “maestro”. “Queremos ser como los hermanos
-David y Charles- Koch”, explica en el reportaje de la publicación
neoyorquina, refiriéndose a los controvertidos herederos de uno de los
conglomerados industriales más poderosos de EE UU y que acumulan una
riqueza personal combinada valorada en 89.000 millones de dólares, según
la última valoración de la revista Forbes.
Aunque su gran referente es Paul Tudor, gestor del influyente fondo de
inversión de Connecticut que lleva el nombre de su familia y que también
es reconocido en la alta sociedad neoyorquina por sus generosas obras
benéficas. La principal lección que aprendió del reputado financiero,
también socio del club de Forbes, es que el inversor no debe atascarse
cuando pierde; “se aprende más que cuando ganas”. Es a Tudor a quien le
da las gracias por haber seguido en el juego.
De momento su padre le hace de coche, aunque tenga ya comprado un BMW.
La cifra que tiene ahora en mente es generar los 1.000 millones en el
primer año con el hedge fund funcionando. Pero antes de eso, para poder
manejar el dinero de los inversores, deberá tener una licencia. Eso sí,
ni Islam ni sus discípulos pretenden abandonar los estudios. Los jóvenes
dejan claro, además, que no se trata solo de ganar dinero. Su misión es
crear “una hermandad” que les dé influencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario