el primer consejo para empezar algo es buscar un país normal.. evidentemente hispanistán está en la cola de los países en los que es recomendable tener un negocio: corrupción, burocracia, inseguridad jurídica, caciquismo..
y luego resulta que hay paro.. curioso, muy curioso..
disfruten lo votado..
La lentitud de las Administraciones lleva a la quiebra a un hostelero santiagués
Un juez absuelve al expropietario del restaurante Balboa, que estaba acusado de arruinar el negocio por mala gestión
José Balboa Ayán es un hombre sonriente, amable y sin el menor indicio
de que le haya caído el mundo encima. Y sin embargo le ha caído,
empujado desde varios puntos, y lo ha aplastado. Erigió y condujo de
forma exitosa uno de los templos de la restauración compostelana, el
restaurante Balboa. Quiso expansionarlo porque se veía capacitado para
ello, pero empezó antes de tiempo y la burocracia enterró su obra. Y
encima la Fiscalía quiso culparlo a él del estrepitoso final, pero un
juez acaba de liberarlo de esa culpabilidad, que lo hundiría aún más en
el cieno. Ahora lucha por levantar la paletilla.
Balboa, devuelto a Galicia por la emigración, abrió el establecimiento
hostelero en el año 1986 en el barrio compostelano de A Rocha. Pronto se
convirtió en un local de referencia en banquetes masivos y en la
exhibición de tartas matrimoniales. Más de mil se llevaban cortadas allí
cuando José vio el momento de ampliar el local. Adquirió 10.000 metros
cuadrados justo al lado y, sin recibir aún la licencia, adelantó trabajo
explanando un aparcamiento. Le vino la orden de paralización y de
reposición de lo existente al momento previo a la ejecución de las
obras.
Y, detrás de esa orden, Medio Ambiente, Augas de Galicia, Patrimonio,
Ayuntamiento... Mientras la burocracia transitaba sin prisas, al trote,
el banco llegó al galope y se quedó con todo. El período de carencia del
préstamo quedó superado y llegó la ejecución hipotecaria. El millón de
euros que el empresario había invertido se fue al garete: «O banco
levoume todo. Quedei sen un céntimo», lamenta Balboa, que dejó una
inversión total de dos millones en A Rocha.
El concurso de acreedores es ya un hecho. La administradora concursal y
el Ministerio Fiscal acusan a Balboa de mala gestión, conducente a la
ruina, sin aludir a la inversión inmobiliaria realizada por el
restaurador. Su abogado, Rubén Fernández, replicó que la tramitación
urbanística fue la culpable.
Paralización de las obras
Y así lo estimó el juez del caso, quien adujo que la paralización de las
obras y la apertura de un expediente administrativo que duró más de dos
años, «e impidió el normal desarrollo del proyecto empresarial, guiaron
a la caída del restaurante Balboa y a su insolvencia. Declaró
«fortuito» el concurso voluntario y absolvió a José Balboa.
Lo curioso es que, con el negocio inhumado (pasado el tiempo reabrió sus puertas pero gestionado por otra empresa) y sin propiedad, José Balboa recibió al fin la licencia para poder ampliar su restaurante.
«Cinco años me tuvieron en el limbo, hasta que me arruinaron. Así no no
se apoya a la hostelería ni al empresario, ni se crea empleo», lamenta
Balboa, que hoy ejerce de cocinero para poder ganarse la vida. «al fin y
al cabo la cocina es lo mio. Me encanta», asegura el empresario que
rigió los destinos de uno de los locales emblemáticos de la capital
compostelana.
El salario de cocinero es ahora su tabla de salvación económica, porque
hace catorce años un hijo suyo, y heredero de los fogones, sufrió un
accidente que le dejo una discapacidad casi total (87 %). Requiere
cuidados las 24 horas. Y, sin embargo, José habla con el redactor con
una sonrisa inmensa. «Para qué voy a andar amargado si así no voy
conseguir nada. Yo no me resignaré nunca y lucharé pensando en todo
momento en mi hijo», arguye.
Balboa promovió una asociación de afectados por daños cerebrales, que él
mismo preside, y acaba de conseguir una sede para la entidad.
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