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Goldman Sachs rebaja el precio objetivo del oro

diversos artículos sobre el oro..


Goldman Sachs rebaja el precio objetivo del oro
10.04.2013

Pese a la crisis del euro y a la desaceleración económica de EEUU, los analistas del banco estadounidense no creen que los inversores vayan a buscar refugio en el metal precioso. Las complicaciones económicas a ambos lados del Atlántico no han impedido un deterioro del oro en las últimas semanas, y Goldman Sachs ha revisado a la baja su precio objetivo para 2013 y 2014. Goldman Sachs rebaja el precio objetivo del oro

“Aunque la aversión al riesgo ha resurgido en la zona euro y en EEUU los datos macroeconómicos están siendo decepcionantes, el precio del oro se ha modificado en el último mes, lo que reafirma nuestra convicción” de que la fiebre del oro se está diluyendo rápidamente, señala Goldman.

Para 2013, los analistas del banco han recortado el precio objetivo medio del metal precioso hasta los 1.450 dólares la onza, frente a su anterior estimación de 1.610 dólares, mientras que para 2014 esperan una retroceso hasta los 1.350 dólares, desde los 1.490 dólares de su estimación previa.

“Nuestros economistas esperan pocas consecuencias de la crisis de Chipre y creen que la reciente desaceleración de EEUU no descarrilará la recuperación económica, que en el primer trimestre se espera que sea mayor de lo prevista inicialmente”. Por todas estas razones, Goldman cree “que es poco probable que se produzca un fuerte repunte en los precios del crudo”.

Desde los máximos históricos de 1.900 dólares la onza que marcó el oro en septiembre de 2011, el metal precioso se ha depreciado un 17%. Mientras que en 2012 se revalorizó en torno al 7%, en lo que va de 2013 acumula una caída del 6,39%.

Tras la publicación de las actas de la Reserva Federal (Fed), el precio del oro cotiza a la baja con pérdidas del 1,12% (-18 dólares), hasta 1.570 dólares la onza.


¿Es una conspiración de Goldman Sachs? ¿Es el bitcoin? ¿Por qué cae el oro?
Una de los grandes asuntos del mercado en los últimos tiempos es el desplome del oro, que ha perdido los US$ 1.400 por onza registrando caídas diarias sin parangón en los últimos 30 años. La pregunta es por qué está pasando. La revista New Yorker hace una recopilación de las seis causas que pueden estar detrás de su caída, aunque deja claro irónicamente que la única respuesta válida es simplemente porque los traders están vendiendo.

1. La inflación ha muerto

Una de las razones más simples con las que se ha argumentado a favor de las subidas es la inflación, especialmente con unos bancos centrales imprimiendo dinero, lo que en teoría debería disparar los precios en algún momento y destruyendo el valor de muchos activos.

En ese panorama, el oro, habitualmente un refugio para los temerosos de la inflación, sería uno de los pocos activos que mantendría su valor. Sin embargo, hasta ahora no ha llegado esa temida inflación, a pesar de que ya van cuatro largos años desde que comenzaron las medidas extraordinarias de los bancos centrales.

Es más, parece que la Reserva Federal podría acabar dentro de no demasiado tiempo con su política ultralaxa, con lo que el argumento de los alcistas con el oro pierde mucha fuerza.

2. El gran pánico de 2008-2009 ha terminado finalmente

El oro también se suele utilizar como un índice del miedo que reina en los mercados. Cuando parecía que la economía de USA iba a descarrilar completamente entre 2007 y 2009, y a partir de 2009 en Europa, los especuladores se dedicaron a comprar oro como refugio.

Desde ese momento, la materia prima comenzó a dispararse, provocando un efecto llamada que autoalimentaba la propia subida del oro, algo similar a lo que ocurrió en los años 70 con la crisis del petróleo. Sin embargo, una vez que se calman los nervios, como pasó entonces (el oro cayó un 75%), los precios se desploman.

Ahora podría estar pasando algo similar. En septiembre se cumplirán cinco años desde el colapso de Lehman Brothers, y los mercados de renta variable de USA están en máximos. Hablar de crisis financiera suena rancio, en Europa parece que lo peor de la crisis ha pasado, los países emergentes aguantan e incluso Japón está tratando de reavivar su economía.

Con la sensación de que la crisis mundial ha remitido, solo es cuestión de tiempo el que el sentimiento del mercado se sienta en el oro, y es algo que podría estar sucediendo ya.

3. Se trata de una simple corrección

Uno de los grandes misterios de los mercados financieros es averiguar quién está comprando cuando todo el mundo está vendiendo. A veces son los contrarians, especuladores que piensan que las caídas han sido excesivas. Y esto también está ocurriendo con el oro.

Sin embargo, cabe posibilidad de que la caída del precio haya sido acentuada por grandes fondos e inversores muy apalancados que se hayan visto forzados a vender por los margin calls (las garantías adicionales que se deben poner cuando tus inversiones tienen pérdidas) .

4. La debilidad económica de China

La ralentización económica de China, cuyo crecimiento fue del 7,7% en el 1er. trimestre, es otra de las grandes razones que se están esgrimiendo para justificar la caída del oro.

El gigante asiático es un gran consumidor de prácticamente cualquier recurso natural, y el oro fue solo una más de las materias primas que cayó con fuerza el lunes, después de que el Gobierno presentara los datos.

Sin embargo, esta razón parece cogida con pinzas. Primero, la ralentización china es limitada, ya que en el cuarto triemstre de 2012 creció un 7,9%, solo dos décimas más. Segundo, el desplome del oro comenzó el pasado jueves y continuó el viernes, antes de que llegaran las noticias. Eso sí, no se debe descartar que haya ayudado esta semana a que los descensos se incrementaran.

Cientos de comercios de oro corren peligro
28 de abril de 2013

Durante los últimos años, los negocios de compra-venta de oro y otros metales preciosos han sido tan frecuentes en nuestras calles como las panaderías. Sin embargo, el miedo y la preocupación han llegado estas últimas semanas a una de las escasas actividades que parecían impermeables a la crisis. La fortísima caída que ha sufrido el oro en los pasados días ha llevado a muchos dueños de estas casas a preguntarse si serán los próximos en cerrar. Sumando bajas económicas a una lista que no encuentra fin. “Creemos”, reflexiona Corinna Heilmann, responsable de marketing de Oro Direct, una empresa que alterna el establecimiento físico y el online, “que se producirá un pequeño descenso en el número de las casas de compra y venta que hay en el país, pero no se pondrá en riesgo todo el sector, ya que se ha convertido en un servicio necesario para los ciudadanos”.

El joyero de la abuela, vacío
O sea, mientras haya crisis y joyas de la abuela que vender parece que el negocio tiene vida, independientemente de la cotización del metal. Desde luego, de lo primero, crisis, vamos servidos; de lo segundo, joyas, parece que los recursos, después de más de cinco años de dura recesión, se agotan.

Manuel (nombre ficticio que esconde a una persona real) lleva dos años trabajando para una de estas casas. Lo hace consiguiendo clientes en la calle. Cerca de Arenal y Sol, en Madrid. Cobra un fijo muy bajo (no lo cuenta) por repartir la publicidad y una comisión por clientes que llegan al establecimiento captados por él. Y tras un tiempo de gran actividad, siente que algo ha cambiando. “Han bajado las personas que llegan a la tienda. Pero no porque no haya necesidad, se ve en la calle que la hay, sino porque la gente ya ha vendido casi todo lo que tenía. Veo muchas personas que están en las últimas”.

Oro Compradores Bernardo Pérez
Cuentan quienes regentan estas tiendas que hasta hace bien poco era fácil, y cotidiano, escuchar por algunas calles de barrios elegantes de Madrid un extraño tintineo metálico escondido en bolsas de plástico, generalmente de marcas de renombre. Era el sonido de cucharas de platas, bandejas, cubiertos, ensaladeras… repicando en su interior destino a la venta. Y esa es una música, y una imagen, que fotografía muy bien nuestra crisis.

Desde luego no hay mejor análisis posible que el que hacen los dueños de estos comercios, pegados a las calles, a la realidad y también a las críticas. Muchos clientes han puesto en duda la precisión de sus tasaciones. Pero eso es un tema para otra entrada en esta bitácora. Ahora hay que dejar paso a los analistas de despacho y silla ergonómica para que expliquen cómo el oro que, sin excepción, ha subido todos los años desde 2001, caía a los niveles más bajos de los últimos dos ejercicios en un par de días. Escuchemos.

“La caída del oro la semana pasada fue muy violenta y cogió a casi todo el mundo por sorpresa. Quienes quieren ver en ello una conspiración aseguran que fue una estrategia diseñada por los bancos centrales y los grandes inversores institucionales para vender y, después, comprar más barato. Pero no hay nada de eso”, desgrana, desde Hong Kong, Emilio Álvarez, responsable de Vortex Capital, una firma que gestiona fondos especializados en metales preciosos. ¿Qué ocurrió entonces para que la cotización del oro perdiera 200 dólares en solo dos días?

El oro se desploma y pierde interés frente a otros activos

Retrocedamos en el calendario. El miércoles 10 de abril, la Reserva Federal (Fed) publica un acta en el que se evidencia que no hay consenso. El organismo duda entre inyectar más liquidez o no. Incluso hay varios miembros del comité que están a favor de cerrar el grifo del dinero, pero no como se pensaba a final de año, sino, incluso, este mismo verano. O sea, ya. Con el acta de la reunión encima de la mesa, la todopoderosa Goldman Sachs extrajo la conclusión (de forma acertada, según varios analistas) de que había que vender porque el metal iba a caer con fuerza (a 12 meses el banco de inversión americano lo sitúa en 1.390 dólares por onza). Y así sucedió.

¿Adiós a los días de vino y rosas?
Como consecuencia de esta lectura, el oro ha pasado de abrir el año cotizando en el entorno de los 1.700 dólares la onza (31,10 gramos) a los 1.462 dólares actuales. Y el propio Emilio Álvarez admite que podría bajar hasta 1.200 dólares. Entonces, ¿estamos ante el final de sus días de vino y rosas? ¿Se ha perdido por un largo tiempo su brillo y sus ganancias?

A corto plazo, el consenso del mercado lleva a que la cotización bajará. Se difiere en tiempos e intensidades. Y, desde luego, en el sector cada cual ve los toros desde su particular barrera. Lizette Paternina, directora general de Lingoro.com, un portal que vende oro a través de Internet, asegura que sus ventas “no se han visto afectadas ya que este tipo de bajadas se aprovechan para comprar a un mejor precio”.

Bullion-and-coins Goldman Sachs sitúa la onza de oro a un año vista en 1.390 dólares.

Por esas mismas veredas caminan los responsables de Oro Direct, que vende metal físico a los particulares. “No se puede hablar en ningún caso de pérdida de interés por el oro. A la semana siguiente de la caída del precio hemos agotado existencias y hay lista de espera de hasta cuatro semanas para determinados lingotes y monedas”, narra Corinna Heilman. Es la defensa lógica del negocio. Pero las dudas persisten.

Nicholas Brooks, director de análisis y estrategias de Inversión de ETF Securities, relata que a “corto plazo la previsión para el oro es que permanezca débil mientras los inversores prestan atención a la mejora de la economía de Estados Unidos y a la repercusión de una menor oferta monetaria”. A largo plazo, la mirada de Brooks cambia y asoma el optimismo, tanto para el metal como para su cotización. Asegura que “el aumento de la carga de la deuda en las economías desarrolladas no ha disminuido. Y los tipos de interés tendrán que permanecer estructuralmente bajos para compensar el lastre fiscal y apoyar el crecimiento”. Esta obligada estrategia favorece al oro –a lo que se suma su baja cotización actual–, y “puede ser percibida como una oportunidad potencial de compra”, cierra el especialista. Habrá que estar atentos.

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