20060725

El portátil permite a más estadounidenses trabajar en vacaciones

El número de estadounidenses que trabajan durante las vacaciones se ha duplicado prácticamente en la última década, y el ordenador portátil está sustituyendo al teléfono móvil como la herramienta más útil durante el veraneo.

Aproximadamente un 43 por ciento de los oficinistas que participaron en una encuesta dijeron que trabajaban en vacaciones, frente a un 23 por ciento de otra realizada en 1995, según el sondeo para Steelcase, una compañía que diseña y fabrica mobiliario de oficina.

En conjunto, aproximadamente uno de cada cuatro empleados dijo que pasó tres o más horas trabajando durante las vacaciones. La mayoría dijo que estaban comprometidos con el trabajo o tenía un encargo apremiante, mientras que el 10 por ciento citó una incapacidad para relajarse de las cosas que tenían a cargo.

Edward Hallowell, psiquiatra y autor del estudio, dijo que la tendencia incluía a las personas que seguían trabajando por una buena razón y las que lo hacían por una mala.

"La forma buena sería alguien que dice 'Mira, realmente quiero irme fuera con los niños, pero tengo trabajo por hacer, así que voy a compaginar trabajo y vacaciones'", dijo.

"La mala sería alguien que simplemente es tan adicto al trabajo que no puede ni siquiera irse. Es la única forma que tienen de entretenerse, y eso es un problema", añadió.

La tecnología, como no es de sorprender, hace todo ese trabajo posible, aunque ha cambiado en la última década.

En el último sondeo, el 41 por ciento de los trabajadores dijo que su ordenador les facilitaba el trabajo en vacaciones, seguido del teléfono móvil, el ordenador personal y el BlackBerry.

En 1995, la mayoría de las personas citó primero el móvil, junto con el localizador, el fax, el portátil y el pc.

"Estas herramientas pueden ser muy liberadoras", dijo Hallowell. "Pueden permitirte irte, pero también pueden ser esclavizantes. Es todo una cuestión de cómo usarlos", añadió.

La encuesta a 640 personas elegidas aleatoriamente fue realizado por teléfono en junio.

20060719

Miles de chilenos estafados en el negocio de los 'quesitos mágicos'

Vierta el contenido del sobre en un litro de leche. Deje fermentar por dos semanas y hágase millonario... La sencilla receta atrapó a miles de chilenos que pusieron sus ahorros en un negocio que prometía cambiarles la vida y ahora se lamentan por haber caído en las redes de una banda internacional de embaucadores.

Los autores del millonario fraude, cuyo monto fue inicialmente calculado en más de cuatro millones de dólares, quedaron el martes bajo prisión preventiva acusados del delito de estafa reiterada en perjuicio de unas 5.500 personas, según la Fiscalía.

La medida cautelar afectó a los ciudadanos chilenos Víctor Mella y Fernando Jara, mientras que un tercer implicado -una mujer que se cree es de nacionalidad francesa, Gilbertte Van Erpe- está prófuga con una orden internacional de captura.

La millonaria estafa, que con iguales características se reprodujo hace dos años en Perú, fue descubierta hace una semana cuando comenzaron a aparecer miles de afectados que no pudieron cobrar los anunciados cheques por la venta de los "quesitos mágicos", el resultado de los misteriosos polvos que antes habían fermentado en leche.

El negocio no obstante tiene su origen hace más de un año, cuando la empresa Fermex-Chile invitó a participar a quien quisiera, con una cuota inicial de 460 dólares.

Por esa cantidad se les entregaba un sobre con bacterias cristalizadas que debían cultivarse por dos semanas en un litro de leche. Al cabo de ese tiempo cuajaban y se convertían en 10 pequeños quesos que luego volvían a vender a Fermex para ser exportados a Francia, donde supuestamente se utilizarían en la fabricación de cosméticos.

Los sobres se entregaban semanalmente y en dos meses se recuperaba la inversión inicial, para luego obtener ganancias tras ganancias. También se obtenían recursos adicionales si se invitaba a participar a más y más gente.

Fue así como subterránea y silenciosamente -para que nadie más entrara y saturara la venta-, el negocio creció lentamente, pero la ambición fue más fuerte y se propagó a tal punto que alteró la tranquilidad del pueblo de Coltauco, 120 kilómetros al sur de Santiago, donde residen la mayoría de los afectados.

Muchos de ellos dejaron de trabajar, invirtieron los ahorros de toda su vida o se embarcaron en suculentos créditos que pretendían saldar en pocos meses. "Estoy sin trabajo y en la ruina por culpa de Fermex. Cargo además con la culpabilidad de haber invitado a más personas a participar", relata a AFP Gerardo Barrera, portavoz de unos 300 afectados.

"Uno igual se siente mal por toda esta mentira", agrega Barrera, que señala haber invertido más de 7.500 dólares y estaba gestionando un préstamo por otros 14.000 dólares.

La profesora Maria Mafalda Díaz, de 72 años, perdió 1.200 dólares, los ahorros de toda su vida, "con los que pensaba tener una mejor vejez". "Yo creí ciegamente en esas personas, nunca se me cruzó por la cabeza que pudiera ser una estafa", agrega la anciana.

El comerciante Sergio Olivera invirtió 2.000 dólares y cuenta que entró en el negocio invitado por sus familiares. "Como vi que era bueno, me atreví a meter parte de mis ahorros", relata. "No alcanzamos a recibir nada, nos quedamos con los productos en la casa, con la leche, los vasos y con toda la inversión", dice por parte Ingrid Contreras, cuya familia perdió más de 3.000 dólares.

El caso está en manos del fiscal Víctor Vidal, quien tiene la certeza de que la empresa nunca realizó envíos al extranjero, y que se concertó sólo para defraudar. "Ellos, estando en conocimiento de que no efectuaban venta alguna ni exportaban nada, seguían y mantenían a la gente incentivada en el aporte de sus dineros a este negocio aparente", dijo.

Pero los imputados se defienden, argumentando que todo se debe a un malentendido y una mala administración de un negocio que era verdadero. "La estafa no existió. No hubo dolo y no hay ninguna prueba contundente que lo acredite", señala el abogado Julio Barrón.

En Perú la misma estafa se montó en 2004 a través de la empresa Labomax, cuyo máximo directivo Homero Alcalde se encuentra en prisión por un fraude estimado en 27 millones de dólares. También ahí aparece vinculada la supuesta y misteriosa ciudadana francesa.